Antes de comenzar el cultivo hay que escoger qué tipo de semilla se va a plantar, ya que de ello dependerá la producción final. Hay que tener en cuenta diferentes cuestiones; como el clima, el espacio disponible para cultivar y cuáles son los objetivos. Actualmente, se puede escoger entre tres formatos diferentes de semillas de marihuana: regulares, feminizadas vs autoflorecientes. Las regulares, presentes desde los inicios, son las menos vendidas hoy en día. Sin embargo, su uso es muy habitual por parte de los productores de semillas, para la creación de nuevas cepas.
Autoflorecientes vs feminizadas
Autoflorecientes
Las semillas autoflorecientes, también llamadas plantas no fotodependientes, son las más recomendadas para los nuevos cultivadores. Con ellas se puede conseguir una buena cosecha sin dedicarle muchos cuidados. Una de sus principales ventajas, con respecto a las feminizadas, es que sus ciclos vitales son más cortos. En unos 50 o 70 días ya se podrá disfrutar de la cosecha.
En las plantas autoflorecientes no es necesario ni recomendable realizar podas, ya que no tendrán tiempo para recuperarse y sus efectos podrían ser negativos.
Estas semillas necesitan climas templados si se van a cultivar en exterior. En caso de desarrollarse en interior, la temperatura debe permanecer entre 21 y 26º C. Además, necesitan un ambiente húmedo en las primeras semanas de vida, y habrá que reducir la humedad cuando pasen a floración.
Estas plantas tienen una gran resistencia lumínica, ya que florecen siguiendo un reloj interno. Si están en interior, lo mejor es darles 18 horas de luz y 6 de oscuridad en los distintos periodos. Cuanta mayor sea la exposición a la luz, el crecimiento de la planta será más rápido. Por otro lado, en exterior puede ofrecer varias cosechas en un mismo año, a diferencia de las feminizadas.
Para conseguir una cosecha de marihuana en poco tiempo, las plantas autoflorecientes son la opción más adecuada. Además, estas semillas están compitiendo con la feminizadas en cuanto a sabor y aroma, presentando también cada vez mayores índices de THC.
Feminizadas
Una de las principales ventajas de las semillas feminizadas es que no se desarrollarán plantas macho. Se distingue de la marihuana automática porque estas se rigen por el fotoperiodo, es decir, dependen de la luz para su crecimiento y floración.
Si están en exterior, se deben plantar en los meses de primavera. Por otra parte, si el cultivo es interior, se recomienda una iluminación de 18 horas durante la fase vegetativa, y bajar la exposición lumínica a 12 horas cuando se dé el cambio a floración. En el caso de semillas feminizadas que crezcan en exterior hay que llevar cuidado con la contaminación lumínica, ya que necesitan oscuridad total.
Esta semilla es escogida por los cultivadores profesionales porque da una mayor producción final. Además, los cogollos son de mejor calidad en cuanto a sabor y densidad y contienen más THC que las autoflorecientes.
En las plantas feminizadas, existe la posibilidad de hacer plantas madres alargando su ciclo vegetativo. Así, se pueden seleccionar las mejores variedades de cada cosecha y clonarlas para reproducir la misma planta mediante esquejes.
Diferencias morfológicas
En lo relativo a la morfología de ambas plantas, se diferencian principalmente en el tamaño. Las autoflorecientes, al tener un periodo más corto de crecimiento, su tamaño suele ser mucho menor que en las feminizadas. En el caso de estas últimas, al tener un tamaño mayor, se pueden realizar podas para controlar su altura.
Por otro lado, las no fotodependientes desarrollan más hojas. En lo relativo a los cogollos, las feminizadas cuentan con mayor densidad, generando más resina en las flores, generando así un sabor más potente.
¿Cuáles son mejores para el cultivo?
Dependerá en gran medida de las necesidades de cada persona. Si el cultivador busca rapidez y es principiante, las más adecuadas serían las autoflorecientes, al requerir menos cuidados y florecer antes. Sin embargo, si lo que se busca es una gran producción y un producto de calidad, entonces deberá optar por las feminizadas. A pesar de tener un desarrollo más tardío para dar su fruto, es de mayor calidad y densidad.