El aumento de la demanda de semillas de CBD es innegable. Cada día son más los productores de cosméticos y ungüentos interesados en fabricar productos con esta sustancia para dotarlos de las numerosas cualidades que posee. No obstante, todavía muchas personas lo confunden con el cannabis tradicional por su estrecha vinculación con él.
El Cannabidiol (CBD) forma parte de la planta de marihuana tradicional, pero no posee los efectos psicotrópicos asociados con el cannabis. De esto se encarga el THC, el cannabinoide normalmente más abundante en una planta. Sin embargo, el aumento de la popularidad del CBD, ha provocado que se trabaje arduamente en conseguir semillas de CBD, es decir, cuya planta produzca una cantidad superior de CBD que de THC.
De hecho, el CBD es conocido por sus muchas propiedades terapéuticas, libres de efectos psicoactivos, capaz de ayudar a combatir los síntomas de varias enfermedades graves y afecciones más comunes.
Qué son las semillas de CBD
Las semillas de CBD son aquellas que, al cultivarlas, crean una planta con características similares a las de la marihuana tradicional con la única diferencia de que las flores formadas por estas plantas tendrán un índice de CBD mucho mayor del que suelen tener normalmente.
Ahora bien, no todas las semillas de CBD catalogadas como tal, son aptas para el uso medicinal comercial. Esto se debe al hecho de que sólamente es posible lanzar al mercado productos ricos en CBD y con un THC menor al 0,2%, pero las semillas CBD pueden contener un nivel alto de THC, mientras que el de CBD también lo sea.
Al contrario, las semillas denominadas de cáñamo son siempre indicadas para el uso medicinal y, por lo tanto, para el cultivo de cáñamo industrial. Las semillas en sí mismas también poseen altas cualidades, por lo que son muy utilizadas para crear aceites.
Diferencias entre semillas de CBD y semillas de cáñamo
La principal diferencia entre ambas es que las plantas nacidas de semillas de CBD, normalmente, cuentan con un nivel de THC superior al 0,02% legal permitido. Aunque el ratio de THC:CBD puede llegar del 1:1 al 1:20, por lo que concentran grandes propiedades medicinales pero fuera de la legalidad comercial. El denominado cáñamo siempre está dentro de dichos límites normativos.
El THC junto con el CBD proporcionan efectos medicinales más potentes para tratar ciertas afecciones como en el caso del Alzheimer o el glaucoma. El problema reside en la falta de estudios para conocer exactamente cómo funciona el THC en el organismo y poder dosificarlo correctamente.
Propiedades del CBD
Las semillas de cáñamo y el CBD poseen grandes cualidades medicinales cada día más estudiadas. La lista es extensa pero las más destacadas son:
- Ansiolíticas
- Analgésicas
- Antioxidantes
- Antiinflamatorias
- Antieméticos
- Anticonvulsivas
- Neuroprotectoras
- Antitumorales
Todas estas propiedades han provocado que se esté estudiando los posibles efectos beneficiosos de las semillas de marihuana en enfermedades como la esclerosis múltiple, el parkinson, los trastornos alimenticios, las afecciones derivadas de la epilepsia, el cáncer, las enfermedades intestinales inflamatorias, el dolor crónico, etc. Pero todavía queda un largo recorrido para que el cannabis medicinal en España sea una realidad.
A pesar de que las semillas de CBD de uso industrial sean de una variedad muy particular, para el cultivo personal existe un amplio abanico de posibilidades entre las que elegir, donde las grandes categorías son: semillas feminizadas, autoflorecientes y regulares.
Tipos de semillas de CBD
Semillas feminizadas
Las semillas feminizadas de CBD son, esencialmente, aquellas que sólo producen plantas hembras. De forma natural, una planta de marihuana tiene las mismas posibilidades de crear un vegetal macho o hembra. Los cannabicultores interesados por conseguir cogollos necesitan una planta hembra, por lo que las semillas feminizadas están genéticamente forzadas para que siempre crezca una hembra.
Este es un proceso que requiere mucho tiempo y pruebas para estabilizarlas, pero actualmente son las más demandadas por los usuarios.
En general las semillas feminizadas de CBD crecen más que las auto y sus cogollos son más resinosos y densos, sobre todo cuando se trata de una variedad índica. Además el nivel de cannabinoides, flavonoides y terpenos es mayor, y se pueden cultivar tanto a partir de semillas como de esquejes.
La desventaja de este tipo de semillas de CBD es su amplio ciclo de crecimiento, entre marzo y octubre generalmente, además de ser propensas a sufrir estrés y ser fotodependientes.
Semillas autoflorecientes
Las semillas de CBD autoflorecientes, como indica su propio nombre, florecen automáticamente. Esto quiere decir, que no dependen de un fotoperiodo para que broten sus flores. Éstas suelen surgir de forma regular pasadas tres semanas de su germinación.
Las autoflorecientes provienen de la subespecie Ruderalis, por lo que todas ellas crearán hojas muy similares a las habituales ruderalis y necesitarán un esfuerzo mayor para crecer; lo que provoca que las plantas no suelan ser muy altas ni grandes. Por esta razón, la cantidad de flores será menor pero con la ventaja de que florecerán antes y se cosecharán antes, permitiendo realizar un cultivo cada 3 meses, es decir, 4 cosechas anuales.
Sumada a las anteriores, otra ventaja que hace a las semillas autoflorecientes de CBD atractivas a los cultivadores menos experimentados, es su superior tolerancia al estrés y a la sobrefertilización.
Semillas regulares
Las semillas regulares de CBD tienen cromosomas masculinos (YX) y femeninos (XX), por lo que generan plantas tanto macho como hembra. No han sido tratadas científicamente, son las más naturales, como las que crecen salvajes en zonas sin vigilancia.
Éstas, son las semillas menos solicitadas en el mercado de las semillas de CBD por la incertidumbre del género que aparecerá. Este tipo se suele solicitar únicamente en el caso de que el cultivador quiera obtener semillas para realizar sus propios cruces. Es decir, el objetivo principal de cultivar semillas regulares es la cría, o la clonación.
Por lo tanto, las semillas de CBD son un buenas aliadas para aquellas personas interesadas en cultivar plantas de marihuana con un fin medicinal. O aquellas que quieran fumar sin sufrir los efectos psicotrópicos del THC, para conseguir un estado de relajación que no influya en los quehaceres de la vida diaria en posesión de todas las capacidades mentales y físicas propias.