La nutrición de las plantas de cannabis alberga gran parte de los debates, desavenencias y puntos de fricción entre los cannabicultores. Muchos de estos horticultores apuestan por un cultivo sostenible con abonos orgánicos, en pro de conseguir una mayor calidad de la cosecha; mientras que otros escogen los fertilizantes sintéticos -o inorgánicos- por la rápida absorción y las dosis precisas de los diferentes nutrientes que requieren las cepas de marihuana. Por ello, es fundamental saber las diferencias que existen entres los fertilizantes químicos vs orgánicos.
Como ocurre con la elección del método y el escenario para cultivar estos ejemplares, optar por alguna de estas vertientes depende de numerosos factores que incumben a cada persona, según sus preferencias y objetivos. A continuación, se detallan las diferentes ventajas e inconvenientes, tanto de los fertilizantes sintéticos como de los orgánicos.
¿Cómo se nutren las plantas de marihuana?
Una de las principales características de la nutrición de las plantas de marihuana, al igual que la del resto de vegetales, es que son capaces de gestionar la alimentación que requieren para un óptimo desarrollo y posterior floración. Este laborioso proceso consiste en absorber diferentes sustancias del suelo y del aire, convirtiéndolas y repartiéndolas por raíces, tallos, hojas y flores.
Esta autofabricación alimenticia se lleva a cabo mediante la obtención de agua y sales minerales del suelo, gases del aire y de la luz solar. También conocida como fotosíntesis, consiste en la combinación de la savia bruta -obtenida a través de vasos leñosos- con el dióxido de carbono (CO2) que entra por los estomas de las hojas. Asimismo, para transformar la savia en alimento para las plantas, es necesario un suministro lumínico, ya sea natural o artificial, conseguido mediante la clorofila, grupo de biomoléculas que facilitan la actividad fotosintética de los ejemplares.
No obstante, en cuanto al desarrollo de las plantas de marihuana, también es trascendental el abastecimiento de otros macronutrientes esenciales como el nitrógeno (N), el fósforo (P) y el potasio (K). Todos ellos son fundamentales a la hora de conseguir unos ejemplares fuertes y vigorosos, además de maximizar el rendimiento y la calidad de la cosecha. Por otro lado, cabe destacar que la mayoría de elementos químicos conocidos se encuentran en las plantas, siendo 16 de ellos necesarios. Además de estos tres nutrientes mencionados, también juegan un papel importante otros como calcio, azufre, magnesio, cloro, boro, hierro, cobre, molibdeno, manganeso y zinc, entre otros. Para una correcta recepción de estos nutrientes, es necesario unos niveles de acidez y alcalinidad equilibrados (pH), así como unos adecuados valores de electroconductividad (EC) en la solución de riego.
Fertilizantes químicos vs orgánicos
Dentro del debate sobre la idoneidad de los fertilizantes químicos y orgánicos, existen diferentes puntos de vista a la hora de discernir qué tipo de alimentación mejora ostensiblemente las prestaciones productivas y organolépticas de las plantas. Para arrojar luz a este asunto, a continuación se detallan las principales ventajas e inconvenientes de los abonos orgánicos e inorgánicos.
Ventajas e inconvenientes de los fertilizantes químicos
La obtención de nitrógeno de manera artificial se lleva a cabo mediante la técnica Haber-Bosch, mientras que el fósforo y el potasio se consiguen a través de la extracción de minerales. Los abonos sintéticos e inorgánicos para las plantas de marihuana, además de esta concentración NPK, también pueden contener dosis medidas de otros minerales, anteriormente mencionados, que posibilitan una mayor precisión a la hora de alimentar a los ejemplares en cada uno de sus ciclos vitales.
Por ello, la principal ventaja es que facilitan un mayor control en la nutrición de las plantas, caracterizándose por la rápida absorción de los minerales, que corregirán de manera rápida y prácticamente instantánea las deficiencias que sufran los ejemplares. Por otro lado, también cabe considerar que suelen ser más baratos que los fertilizantes orgánicos, por lo que han ganado en popularidad durante las últimas décadas, sobre todo en sistemas hidropónicos.
No obstante, también comporta una serie de inconvenientes que es necesario que todo cultivador en duda conozca y valore. La primera de ellas es la peligrosa combinación entre la inexperiencia del cultivador con la alta concentración de estos productos, la cual aumenta el riesgo de sufrir sobrefertilizaciones y quemaduras. Estas sales minerales también se pueden acumular de manera excesiva en el suelo, traduciéndose en un empeoramiento cualitativo de la cosecha e incluso la muerte súbita de las plantas. Por otro lado, la fabricación de estos productos es perjudicial para el medio ambiente, puesto que requiere de mucha energía para producir nitrógeno y otros nutrientes de manera artificial.
Ventajas e inconvenientes de los fertilizantes orgánicos
Los fertilizantes orgánicos son los que proceden de fuentes renovables, que se caracterizan por una respetuosa responsabilidad con el medio ambiente. Obtenidos de extractos de origen animal y vegetal, algunos de los componentes más populares son algas, guano de murciélago, harina de hueso y estiércol, entre muchos otros. La ventaja más importante de este tipo de abonos de materia orgánica es la lenta liberación de los nutrientes, lo que se traduce en una alimentación más segura y gradual, evitando posibles quemaduras y sobrefertilizaciones.
Igualmente, se aconseja su aplicación por los beneficios que reporta a la hora de fortalecer la vida microbiana del suelo, así como facilitar las tareas de aireación y retención de la humedad. Además, un gran número de cultivadores de plantas de marihuana acreditan mejores resultados organolépticos mediante el uso de fertilizantes orgánicos, potenciando sabores y olores de manera natural, sin utilizar sustancias químicas que los alteren. Asimismo, existen otros métodos orgánicos para conseguir los nutrientes esenciales, como por ejemplo los productos compuestos de bacterias beneficiosas, además de micorrizas y hormonas naturales.
Por otro lado, el empleo de este tipo de productos también traen consigo algunos inconvenientes durante el cultivo, pues la lenta liberación de los nutrientes conlleva que los ejemplares tarden más en asimilarlos y absorberlos. En este sentido, los microorganismos del suelo previamente mencionados, también juegan un papel trascendental en este proceso, por lo que una climatología adversa con temperaturas frías, puede retrasar esta tarea e induciendo a utilizar otros fertilizantes complementarios. Además, suelen reportar un mayor gasto económico que los sintéticos, además de propiciar una mayor presencia de diferentes tipos de plagas e insectos.
Fertilizantes químicos vs orgánicos: ¿Cuáles son mejores para las plantas de cannabis?
Un cultivo de marihuana de calidad se puede obtener de diferentes maneras, en distintos escenarios y mediante la aplicación de productos de diversas composiciones. Es por ello que, no solo se trata de que fertilizantes son mejores, si no cuáles benefician más al estilo y a las particularidades de cada cultivador.
La experiencia es un grado, por lo que conseguir una producción de gran calibre es posible con abonos orgánicos y químicos. Para esta misión, es conveniente escoger la genética adecuada, garantizar un suministro lumínico -natural o artificial- idóneo, así como aportar dosis nutricionales precisas. Con este cóctel, las cosechas siempre serán exitosas.