El Rosin es uno de los concentrados de cannabis que mayor popularidad ha ganado desde que apareció en la escena cannábica, gracias a sus distintivas características respecto al resto de extracciones. Para su obtención, se emplea presión y calor, resultando uno de los extractos más saludables. En contra, los concentrados como el BHO emplean disolvente, normalmente el gas butano o CO2, que pueden dejar residuos perjudiciales para la salud en el producto.
¿Qué es el Rosin? Definición
El Rosin es una extracción proveniente de la planta de cannabis. Para su elaboración son fundamentales 3 elementos: calor, presión y tiempo. Éstos se aplican a los cogollos de la planta, los cuales segregarán sus tricomas, que guardan los cannabinoides y terpenos, en forma de una sustancia parecida a la miel.
Los cannabinoides son los responsables de los efectos psicotrópicos y medicinales del cannabis, por lo que el producto final contendrá únicamente la parte psicoactiva de la planta, concentrando toda su potencia en el este concentrado
¿Cómo hacer Rosin? Proceso de elaboración
El Rosin es uno de los concentrados más fáciles de conseguir una vez se cuente con las herramientas necesarias para ello. En este caso, es una prensa Rosin, encargada de aplicar el calor y la presión necesaria para obtener este producto.
Además, son necesarios algunos complementos para facilitar la labor:
- Mallas Rosin
- Papel antiadherente (papel de horno)
- Dabber
- Cajita de silicona para guardar el extracto de resina
- Molde de pre-prensado (opcional)
Hacer Rosin con prensa paso a paso
La materia prima utilizada para elaborar el concentrado debe ser de la mejor calidad posible para que la resina también lo sea. Puede emplearse tanto cogollos secos como recién cortados, dando resultados diferentes: Rosin hash y live Rosin respectivamente. Aunque los pasos para ambos son los mismos, los parámetros utilizados suelen cambiar.
Una vez escogidos los cogollos a prensar, seguir los siguientes pasos facilitará el proceso de extracción.
- Desmenuzar los cogollos en trozos pequeños, sin pasarlos por el grinder.
- Introducirlos en el pre-molde. De esta forma, se podrá prensar más cantidad de materia vegetal a la vez.
- Colocar el resultado del pre-molde en una malla Rosin.
- Precalentar las placas de la prensa Rosin a la temperatura escogida.
- Doblar papel de horno en forma de sobre para introducir el material vegetal con la malla. Dejar la parte de la apertura hacia afuera, por si la cantidad de resina es grande y necesita una vía de escape.
- Situar debajo de las placas, en la mesa, otro trozo de papel de horno para rescatar la resina, en el caso de caer.
- Aplicar la presión deseada durante el tiempo necesario.
- Parar la prensa y abrir el papel vegetal, donde habrá quedado pegada toda la resina.
- Con ayuda del dabber, rascar la superficie del papel para despegar la resina, mientras se reserva en la cajita de silicona, material en que el Rosin no queda adherido.
Puede ser complicado despegar la resina del papel de horno. Para hacer esta tarea más fácil, es recomendable meterlo unos minutos en el congelador para aportar un poco de frío. El Rosin estará listo para usar, aunque dejándolo curar unos días aumentaré su aroma y sabor.
Preguntas frecuentes sobre la elaboración de Rosin
Aunque la preparación de Rosin no es un proceso excesivamente complicado, durante el mismo suelen surgir algunas dudas durante las primeras extracciones. Éstas son algunas de las más repetidas.
¿A qué temperatura tengo que hacer el Rosin?
El Rosin está compuesto, en parte, por los cannabinoides de las flores de cannabis, los cuales se volatilizan a altas temperaturas. Por esta razón, es importante que la temperatura aplicada a los cogollos no sea demasiado alta. En general, suele situarse entre 85ºC y 110ºC.
La mejor temperatura depende de varios factores. Cuanto más calor, el retorno será mayor pero la resina de peor calidad. Del mismo modo, según el tiempo que se introduzcan en la prensa y la variedad de cannabis escogida, resultará un mejor Rosin a 90ºC o a 100ºC, por lo que todo es cuestión de prueba y error.
¿Puedo hacer Rosin a partir de Bubble Hash?
Tanto el Bubble Hash como el hachís en seco pueden introducirse en la prensa. Estos concentrados, al estar formados en gran parte por tricomas de la planta, tendrán un gran retorno y potencia, siempre y cuando se traten bien durante la extracción.
¿Cuál es la presión ideal para hacer Rosin?
Al igual que ocurre con la temperatura, la presión también depende de los resultados que quiera conseguir cada persona, pero la horquilla habitual es de los 600 a 1500 psi.
- Bajas presiones (600-800 psi). Adecuadas para extracción más lentas y a temperaturas bajas con el objetivo de preservar mejor los terpenos y el resto de compuestos volátiles. El retorno en menor.
- Presiones medias (800-1200 psi). Las más utilizadas por ofrecer un equilibrio entre rendimiento y calidad. Es eficaz para extraer una cantidad significativa de resina sin comprometer demasiado la calidad.
- Altas presiones (1200-1500+ psi). Para extracciones más rápidas y a temperaturas más altas. Este enfoque puede aumentar el retorno, pero descender la calidad del producto final.
¿Qué retorno tiene el Rosin?
El retorno hace referencia a la producción conseguida de la cantidad de material vegetal empleada. Normalmente, cuando la variedad empleada es especialmente rica en resina, el resultado será más abundante, pero también se debe tener en cuenta cómo se ha tratado durante el proceso de extracción. Es por eso que las mejores variedades, tras recibir un buen tratamiento, pueden llegar a dar el 10% del peso del cogollo; mientras que otras no alcanzan el 2-3%.
¿Cómo puedo usar el Rosin?
Las formas más recomendadas para usar el Rosin son en el dabbing (utilizando un bong o pipa de agua), en el vapeo (usándolo como ingrediente principal en el cartucho) o añadiéndolo a un blunt.
Esta es la técnica más adecuada para elaborar Rosin, aunque este método nació de una forma más humilde: utilizando unas planchas de pelo. Es una alternativa muy casera utilizada por personas que no quieren invertir en una prensa. Sin embargo, la calidad en general es muy inferior, por lo que no se recomienda acoger este método como práctica habitual.